¿Es Antofagasta una ciudad pensada para patinar?
¿Como es posible que existan ciudades con tales características? ¿Es una cuestión de diseño? O es casualidad el uso de las cuatro ruedas de manera masiva…
La construcción de los espacios públicos únicos, casi mágicos para el skate, dejando de lado la cantidad de skateparck que existen, hablo de la urbanidad existente, es interesante la relación skater-calle que se produce en este lugar, circuitos de escalones, gaps, vacíos, barandas…etc.
Arquitectura pensada desde arriba de un maple sin duda alguna, en el extremo del diseño, para un deporte de extremos, deporte del norte…una ciudad para soñarla sobre ruedas.
Así es el skate de Antofa, un reconocimiento de la accidentada geografía del Norte del país, debido a su emplazamiento sobre las faldas de los cerros en donde todas sus calles son de bajadas pronunciadas de este a oeste.
La costa Norte es un largo paseo con una suave pendiente en armonía paralela con el mar ruidoso…que se encuentra a escasos metros golpeando los muros de contención allá abajo.
Donde puedes patear fluidamente saltando planos inclinados, escaleras, deslizando cuanto muro se te cruce en el camino… adornando jardines y costados de bajadas, recibiendo la brisa de las azotadas olas que piden tragarte vivo…
Es ahí cuando sientes que se te sale el alma de un flip, y que todo el esfuerzo de tus años arriba, están siendo por fin premiados, pensando incluso que el skate podría ser tan profesional como para estudiarlo en la universidad e incluirlo como ramo en las escuelas de Arquitectura… Hombre y calle unidos como el mar y la arena.
Sientes como si el viento te ayudara o empujara a ti y a tu tabla a llegar un poco más alto, dejando gravado en tu subconsciente el misterioso sonido de la muerte húmeda del mar.
La ciudad es un gran parque de diversiones, el recorrido en tabla por las calles se hace interminable, sobre todo cuando llevas unas bebidas energizantes y el desayuno campeón en el cuerpo…podrías no parar hasta la noche, carretear y seguir dándole, porque toda la ciudad está conectada en un mismo flat, desde que sales de cualquier casa y te lanzas a velocidades mortales al borde del atropello, encontrando en el camino a cientos iguales que tu, hasta llegar al spot ideal para concretar ese truko que te quita el sueño, como si fuera la mina que siempre quisiste tener.
Vivir el skate así es estar en la isla de la fantasía para mí y para el resto de las personas que cada día gravan y saltan la ciudad, que aun no despierta, por que viven envueltos en este sueño no comercial, que dura lo que dura la juventud, el cuerpo, las piernas y los tobillos… Al llegar al Parque Jurásico del skate (Los Dinos) y sentir que el ambiente esta motivado todos gravando sacándole filo a la baranda y al cajón, es alimento suficiente para integrarse a la sesión…
Son experiencias carnales pero con los pies en el cielo…
No tan solo al poder habitar y patinar estos lugares tan lejanos, recorrer la mitad de Chile y agrandar los espacios mentales del alma, en esta oportunidad no me sorprende el paisaje, tanto como las personas y amistades encontradas, el cariño y generosidad recibida por parte de la familia de un amigo, el gorji…y patinar sin horarios, sin responsabilidades, sin celular, sin destino…
Saludos a todos aquellos que compartieron conmigo esta locura y lo seguirán asiendo…muchos lugares y momentos no fotografiados pero registrados en mi corazón quedaran en mi recuerdo para siempre, a todos los del skateparck de la almeja y skaters de la zona.
Uds. Saben quienes son…
Cariños wild.
