21-10-2008

Paraguay : El Corazón de Sudamérica



Un viaje siempre es motivo de búsqueda
de quiebres… de los límites que establecen los mapas políticos.
Viajar es estar mas allá del mas acá, que somos nosotros mismos
donde la existencia cobra significado, y aunque todo viaje tiene su precio,
la gratuidad de la belleza es mas necesaria que nunca estando lejos…pero lejos de donde.





Vagar en el viaje, perderse en la levedad del tiempo…así, sin llegar a ningún lado.





Y no ver mas la cordillera en dos dimensiones como si fuera un muro, que nos separa de todo, acá en el fin del mundo una tierra claustrofóbica.
El comienzo fuera de Chile, son espacios por sobre las montañas.
Al cruzar esa barrera le damos importancia a su fragilidad, abriendo regiones inéditas del mundo, que están ahí …afuera, para apropiarse de él.
No para mostrar un mundo mas grande y ni muchas cosas.
Sino, nuevas condiciones de vida que aveces se desconocen o se olvidan.






Porque es la forma directa de conocer el mundo, creando esa relación fecunda, entre ciudad y naturaleza…y no buscar ser otra cosa más que uno mismo, un testigo de la seductora realidad de allá afuera.
Crear una distancia con nuestra condición de vida, un desapego necesario a lo que amamos, que poco a poco las costumbres arraigadas se diluyan en este nuevo escenario expectante y tomar al destino como un regalo inevitable, y observarla de lejos.
Si viajar es estar vivo, llegar a alguna parte es estar muerto.





Y no dejarse llevar por los prejuicios, que los argentinos son pesados, los peruanos rencorosos y los bolivianos unos llorones. Este mismo prejuicio dice que Chile y su gente son una maravilla rodeada de latinoamericanos que no sirven para nada.






Es de noche en Paraguay, dentro de la carpa solo escucho el ruido de los cientos de personas en la fiesta electrónica, el lago iluminado por la luna y sus estrellas.
Todo el resto está de fiesta: la playa, los guardias caminan armados, mientras oigo rugir a los animales del pantano, la sutileza de las luciérnagas. Por atrás de todo se cuela la música, una samba que esta de moda en Brasil y que viene de la fiesta principal del camping. “Hoy : es noche de Chile”, decía en nuestras credenciales, que muestran la pauta de la semana. Por un momento pienso en dejar claro que el Chile es lo mas hermoso de Sudamérica…nunca me había puesto tan patriota que recuerde.
Estábamos reunidos todos los chilenos en el centro, ante la bandera más grande de todas, el himno de nuestro país se entona mas fuerte en una sola voz, acto seguido de cuecas y chicha de muestra para los amigos extranjeros.
A todos les fascina el pisco y aunque no sea tan chileno, los deja a todos muy alucinados con la combinación nacional, la tipica PISCOLA.


















Somos tres arriba del omni bus, y primera vez que veo tanta variedad de nacionalidades dentro de una micro tan pequeña. Hace calor, es día lunes y hay que cambiar dólares, vamos viajando a una hora que separa la ciudad de Asunción de Aregua, lugar del camping.




Sentados íbamos el Patricio y el Felipe, compañeros de u. atrás de nosotros, Gustavo un paraguayo buena onda y sus amigos. Quien nos ofrece llevarnos al centro para caminar tranquilos y visitar los lugares más turísticos, sin ningún temor de la delincuencia que allí se esconde al asecho.
Creo que todos vamos al mismo lugar, pero Gustavo nos invita a pasar donde un amigo que estuvo en Chile y nos desea presentar a José, quien es dueño de un supermercado en Asunción, fue a Chile hace unos años y un grupo de militares le ayudó recorrer nuestro país, desde Isla de pascua hasta Arica, pasando por Viña y Santiago. Quedó maravillado, deseaba devolver la mano con nosotros y llevarnos a varios lugares, incluso nos queria prestar su moto de agua, cuestion no concretada, cosa que me clava como espina en mi zapato hasta el día de hoy…en fin, una razón mas para volver algún día.
En las calles veo grafitis de protesta al sistema de transporte y a la mala distribución de la riqueza, no me sorprende estamos en latino America, nada de lo que vive mi nuevo amigo nos es ajeno, ni la pobreza ni la dictadura.
















Paredes que Hablan. (Alberto Manuel Siza)

“Asunción, sus paredes hablan, pintadas con máximas y dichos exudan
la sal del pensamiento
para convertirse en sentencia
la ciudad tiene su propio pregonero
testimonio ciudadano de clamores soterrados
de rebeldía, poesía y castigo.

Rebeldía, porque dicen verdades que no se animan
A decir a la luz del día.
Poesía, porque nos atrevemos desnudar amores con pinceles
A color.
Castigo, porque a veces las palabras expresan el fiero castigo…”