23-12-2007

ALABAILA ALA AILA “Valle de la luna”




Un regalo Wild:

Siempre quise llegar a este lugar Recóndito, lugar remoto
Único en el mundo por su belleza y altura.
San Pedro es un oasis en el altiplano, una franja verde en medio del desierto más salvaje y seco del mundo, a los pies de la Cordillera de los Andes del norte grande.
Una parada de turismo y aventura extrema, sus calles pequeñas están repletas de ofertas para viajeros, de Restobares, zonas de cambio, expediciones, hoteles, campig, ferias artezanales y gente de distintas nacionalidades buscando la mejor ruta para adorar la creación.

Llego y después de un largo viaje desde Tocopilla a Maria Elena, Calama y San Pedro.
Tengo dos días para conocer con poca plata y sin movilización.
Son las 9 de la noche y es muy tranquila la primera impresión, busco un hostal barato para dormir y dejar mi mochila y me largo a vivir un poco, beber un par de copas comer algo.
Al día siguiente arriendo una bicicleta y como la película Piesecitos me voy en busca del gran valle, el joven me pasa un mapa en donde se identifican los principales puntos, 3 kilómetros para Los Pucaras de Quitor, 4 para el Valle de la Muerte y la cueva del Diablo, 12 para el Valle de la Luna pasando por la carretera hasta Tulor.
Sin pensarla y aunque me haga tira pedaleando recorro parte de la pampa en busca de los tesoros marcados en el papel.
Con una cámara de recambio y un Bombin en la mochila…y la imagen del Volcán Licancabur de fondo, me desvío de la ruta al ver algo extraño a lo lejos,.
Es la cueva del diablo, largos y oscuros pasadizos naturales de sal, ocultos tras los cerros.

Dejo la cleta afuera y escalo varios metros para meterme dentro y descansar, tomar un poco de agua y pensar, después me enteraría que toda esa zona le llaman el valle de Marte.

No me quedo mucho tiempo, el plato de fondo me espera y me encuentro muy cansado deshidratado para continuar, son las 3 de la tarde y no me dan las piernas en subida, me faltan 7 kilómetros, el sol me quema y ya es casi un sacrificio.

Pienso en todo esto, me siento un insecto ante tanta grandeza junta, le pido a Dios que me ayude a conocer el valle, creo que me oye y me manda una Nissan Terrano 4x4, que me deja en las puertas del santuario de arena, abordo van dos españoles y un brasileño.
Al llegar me cobran dos lukas en la caseta del valle, y pienso que a estas alturas dejaría hasta un riñón en garantía para poder pasar.
Me dan instrucciones, un mapa y me lanzo en bajada en un sendero único que atraviesa el valle de una extensión de 7 kilómetros, el lugar es bellísimo las piedras de sal brillan con el sol y la arena esta siendo acariciada por el viento, la bicicleta da saltos como mi corazón y mi pensamiento se quiere escapar por que es el único que avita este lugar, lo dejo ir y grito como un simio porque e llegado a la meta e pisado lo mas parecido a la luna que existe en la tierra…no me siento solo porque estoy completamente acompañado y acogido en este lugar, el silencio jamás se interrumpe y solo siento admiración por el planeta incluso por mi país, por mi familia por hacer de mi un amante de la naturaleza, por ver y no imaginar…
El atardecer me pilla, y no hago nada para impedirlo, me quedo exhausto mirando el cielo.
La luna esta repleta y su luz ilumina el manto amarillo y sus piedras…se acaban las palabras…dan ganas de llorar...

Vuelvo a San Pedro arriba de otra camioneta de chilenos que se ofrecen a llevarme muy amablemente de vuelta al pequeño hotel, como algo, me ducho y salgo…a la noche mística
Los bares se iluminan tenuemente y la música es relajada, hay entre sesenta y ochenta japoneses tomando escudo afuera de un bar… me tomo un ron y me voy, el bus parte a las 22 y pienso tres veces en mandar la navidad a la mierda y quedarme, perder el pasaje a Santiago y el año nuevo…

Un día y una noche acá, me quedaron muchos lugares para visitar, volveré con más tiempo sin duda y me quede quizás para siempre. Me quedan en el tintero, las lagunas Altiplanicas, los Gaiser del Tatio, las tres Marías, Toconao, la reserva natural de los flamencos, los volcanes …todo.

Fue un vistazo quizás una visión, me pregunto si el nombre San Pedro se debe a que es como las puertas del cielo…puede ser …un encuentro divino tan fugaz como un sueño, tan lento como el olvido.
e disfrutado de la mística localidad sus limpias calles sus casas tan precarias, echas con encanto artesanal, echas con tanto amor.
Me encuentro en un recordatorio de la matanza de los obreros de Iquique, y hay grupos de Folclor tocando afuera de la mitica iglesia, gringos hippies que caminan a pata pelada, por el lugar sintiendo la pachamama…me dan risa y curiosidad al mismo tiempo.
Visito el museo, las ferias, compro algunas cosas, y carreteo un poco en otro bar…la noche llega y me tengo que ir o quedarme hasta el 28…sin ni uno.

Fue el mas bello regalo adelantado.
Una encantadora y feliz Navidad a todos ustedes amigos mios.
Saludos wild..

2 comentarios:

Anónimo dijo...

siempre muy wild!
y muy aperrao!!

nos vemos chily
cuidese!
=)




..alergia te saluda!

Anónimo dijo...

uu chiriwily me cai super!
cuidate y ta cool las fotos =)
besos;'