Cuando leí este post, quede muy impresionado, por el cariño y respeto que se le puede tener a un maestro que dedico su vida a la enseñanza de la arquitectura.
"El hombre de los pasos grandes es como los cometas: rara vez nos encontramos con uno de ellos. Deja a su paso un destello que no deja a nadie indiferente.El hombre de los pasos grandes viaja muy rápido, tanto que despeina a muchos a su paso. Su misma fisonomía hace alusión a la velocidad. Su pelo está revuelto y las colas de su chaqueta bailan con el viento.Al hombre de los pasos grandes cuesta seguirle el ritmo. Puedes acompañarlo un trecho o dos, pero tarde o temprano te deja atrás.Pasa de la realidad a la fantasía con uno solo de sus grandes pasos: es tan realista como fantástico.
El hombre de los pasos grandes tiene muchas facetas, avanza en muchas direcciones a la vez. Pero sólo una de ellas viaja a todas partes: la del maestro. No pierde ocasión de enseñar. Transforma el más mínimo detalle en una escuela.
Una vez, terminando de almorzar, alguien chistó porque no quedaba más bebida en la botella. El hombre de los pasos grandes se detuvo. ¿Cómo que no? No está vacía. Apuesto a que le saco treinta gotas – dijo, mientras le sacaba la pólvora a un palito de fósforo que puso en el cuello de la botella. Volvimos a sentarnos a la mesa expectantes: nos estaba invitando a dar con él uno de sus grandes pasos.Inclinó la botella y empezó a tocarla con un gesto largo y cuidadoso, como haciéndole cariño. Las gotas obedientes empezaron a caer, reunidas en el tiempo sostenido en el palito. Treinta. Treinta más. Y veinte más. Otras veinte. Las juntó todas. Después siguió caminando.
Un día real el hombre de los pasos grandes dio el paso más fantástico de todos.Como era de esperarse nos dejó atrás.
La botella parece vacía. ¿Quién dijo vacía? En medio del destello que no deja a nadie indiferente, está el tesoro más preciado: la huella indeleble del gran paso del maestro por la vida, un palito de fósforo sin pólvora que reúne a treinta. Treinta más. Y veinte más. Otros veinte. Hasta juntarnos a todos, con su gesto largo y cuidadoso en el tiempo detenido.
Para celebrar hoy, juntos y con la energía tan propia del papá, este paso. El más grande de todos, y el más alto. "
El hombre de los pasos grandes tiene muchas facetas, avanza en muchas direcciones a la vez. Pero sólo una de ellas viaja a todas partes: la del maestro. No pierde ocasión de enseñar. Transforma el más mínimo detalle en una escuela.
Una vez, terminando de almorzar, alguien chistó porque no quedaba más bebida en la botella. El hombre de los pasos grandes se detuvo. ¿Cómo que no? No está vacía. Apuesto a que le saco treinta gotas – dijo, mientras le sacaba la pólvora a un palito de fósforo que puso en el cuello de la botella. Volvimos a sentarnos a la mesa expectantes: nos estaba invitando a dar con él uno de sus grandes pasos.Inclinó la botella y empezó a tocarla con un gesto largo y cuidadoso, como haciéndole cariño. Las gotas obedientes empezaron a caer, reunidas en el tiempo sostenido en el palito. Treinta. Treinta más. Y veinte más. Otras veinte. Las juntó todas. Después siguió caminando.
Un día real el hombre de los pasos grandes dio el paso más fantástico de todos.Como era de esperarse nos dejó atrás.
La botella parece vacía. ¿Quién dijo vacía? En medio del destello que no deja a nadie indiferente, está el tesoro más preciado: la huella indeleble del gran paso del maestro por la vida, un palito de fósforo sin pólvora que reúne a treinta. Treinta más. Y veinte más. Otros veinte. Hasta juntarnos a todos, con su gesto largo y cuidadoso en el tiempo detenido.
Para celebrar hoy, juntos y con la energía tan propia del papá, este paso. El más grande de todos, y el más alto. "
Fiorenza Sartori
(fragmento sacado de plataformaurbana.cl )
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