¿Te acuerdas de C
hiloé, de nuestro campamento
Nuestras linternas e impermeables?
Chiloé es un abismo silencioso
Madre de una oscuridad hermosa
Hija del leve pasar del tiempo.
Lluvias torrenciales que adormecen al pescador ebrio, que Rema a su casa
En busca del pan amasado
En busca de un respiro de fuego.
Que amarra el bote y destapa una botella
brinda junto a la soledad y los años estancados de sus Araucarias.
Amo sus nubes y la voz de Dios susurrando en un trueno, hija del relámpago.
Reino de la eterna pena.
Tierra flotante de infinitos mares e islas alejadas entre si como las estrellas.
Destello de la creación, en el principio del fin del mundo
Lugar para piratas, de sueños atrapados entre los bosques de tinieblas
y profundos acantilados que ven pasar la muerte.
Entre iglesias iluminadas por
vitrales en llamas
A horas náuticas de días soleados y remedios.
Sin explicación posible del algún creador
De amores olvidados, callados por el sonido interminable del mar
Melodía no interrumpida del
Caleuche y su tripulación de tragedia
promesa de volver a visitar el lugar, escrito en un árbol,
Y el recuerdo de un viaje poético y apasionado.
Tu amigo Luis.